
Ahora follo con todas las pollas que son más grandes que la tuya. Es lo acordado. Así que cuando traigo a casa a un nuevo macho lo comparo con la tuya y tú, claro, siempre pierdes. Los elijo muy bien para que pierdas y así poder hacerte cornudo. Y además me encanta llamártelo a todas horas e incluso te lo digo al oído cuando estás con tus amigos.
Estás sentados con ellos en el sofá viendo el partido de fútbol, me acerco a ti y te digo a la oreja que eres un cornudo. Y tú tienes que acomodarte la entrepierna porque se te pone durita delante de todos. Eres tan cornudo que te excita que te humille en público.
Lo que tú no sabes es que he follada ya con tres de los cinco que te acompañan. Me faltan los otros dos pero pronto caerán. Tengo que conseguir que cuando veas el fútbol y yo te diga al oído que eres un cornudo, sepas que te han puesto los cuernos todos los que están a tu lado. Ya me falta menos. Y no pienso decirte quiénes son esos tres. Quiero que sufras al mirarlos y preguntarte si ese que miras es él.
Lo que sí te puedo decir es que cuando regreso a casa de follar con alguno de ellos en un hotel y te cuelgo en tu cinturón de castidad todos los condones que me he traído, la leche de esos condones es la de tus mejores amigos. Que lo sepas, cornudo.
Post a Comment